El buceo es una actividad fascinante, y cuando se lleva a cabo en el mar, puede ofrecer una vista maravillosa de la vida marina y un sinfín de bellezas submarinas. Pero también puede proporcionar tesoros valiosos como monedas antiguas, barcos naufragados y otros objetos que han estado sumergidos durante siglos. No obstante, para sacar el máximo provecho económico de esos hallazgos, debemos saber cómo tasarlos correctamente.
Antes de comenzar a valorar el tesoro, es importante aprender a identificar lo que es y no es un tesoro. Lo más preciado son las monedas de oro y plata, ya que su valor es intrínseco, independientemente de su antigüedad. También son preciosos los objetos históricos, como reliquias antiguas y artilugios de uso de los antiguos marineros. Lo que no vale tanto son los objetos producidos en masa, como loza y vasijas de cerámica, salvo que se trate de un objeto raro o de valor histórico.
El primer paso en la valoración del tesoro es documentar su procedencia. Asegúrese de tener una descripción detallada de los objetos hallados, incluyendo la fecha y la hora de su descubrimiento, la posición exacta en la que fue encontrado, las condiciones de su hallazgo, y cualquier otro detalle relevante.
Una vez se ha documentado todo, el siguiente paso es evaluar la antigüedad y la rareza de los objetos encontrados, consultando con expertos en arte y en historia. El precio del tesoro aumenta en función de la antigüedad de los objetos y su rareza, así que es importante tener una descripción minuciosa de los objetos y de su historia para conseguir una precisión adecuada en la tasación.
La conservación de los objetos es fundamental a la hora de tasarlos. Normalmente, los objetos sin defectos y bien conservados tienen un mayor valor económico. Por lo tanto, una evaluación del estado de conservación debe incluir una inspección minuciosa de los objetos y su documentación fotográfica para documentar cualquier daño o reparación realizada.
La investigación sobre la procedencia de los objetos es importante para conocer la historia de estos, desde qué barco o conjunto de objetos provienen y por qué estaban en el mar en primer lugar. Un objeto puede ser del siglo XVII, pero si proviene de una nave desconocida o de un naufragio sin información histórica, pierde parte de su valor económico. Por lo tanto, una investigación minuciosa sobre la procedencia, junto con los expertos en arte y en historia, es una parte esencial del proceso de tasación.
Consultar con subastadores de arte y coleccionistas para conocer los precios de venta de tesoros similares a los que se han encontrado, es esencial en el proceso de tasación. Los subastadores de arte y los coleccionistas pueden tener un conocimiento detallado de la historia y antigüedad del objeto y su potencial en el mercado de subastas. Además, incluso pueden tener ofertas de compradores dispuestos a gastar grandes sumas de dinero en un tesoro submarino.
En resumen, tasar un tesoro marino no es una tarea fácil. Se debe documentar minuciosamente su procedencia, evaluar su antigüedad, rareza y su estado de conservación, realizar una investigación detallada sobre su historia, y consultar con expertos en arte, historia, subastadores y coleccionistas para llegar a un precio adecuado. Solo de esta forma se podrá vender un tesoro marino al valor real y justo que merece.